martes, 22 de marzo de 2016

Una pregunta a los ángeles.



"La Pregunta que va directa a nuestro corazón."

En cuantas ocasiones he escuchado la misma pregunta...
En cuantas ocasiones no nos sentimos merecedores de..... Amor, cariño, sorpresas, aliento, ayuda, autoestima...etc.
Nos cuesta en ocasiones recibir y en otras nos protegemos tanto en nuestra mente, incluso en nuestra ideas y nuestro corazón se cierra.
Situamos una barrera, un caparazón o un escudo infranqueable, para no dejar pasar el amor.

Los ángeles nos recuerdan que vivimos en la densidad terrenal y que no dejamos de  ser humanos encarnados en un cuerpo denso.
A veces olvidamos esto y nos nos permitimos nuestros propios errores.
Tratamos de evadirnos y buscar en nuestro propio interior, ya que creemos que la solución o el desagravio esta en nuestro mundo externo.

Nos somos conscientes de que la naturaleza humana es cambiante y no podemos controlar nada, menos aun las circunstancias externas a nosotros.

Cuando canalizo a los ángeles, los primero que siento es: Paz dentro de mi corazón.
Esa Paz que no procede de fuera, de ninguna parte, si no que te llena desde dentro, no sin olvidar que sigo siendo humana y que este estado de vibración no es continuo ni en todos los momentos del día.

Siempre que alguien solicita que canalice para el o ella, afirmo lo mismo a la persona que tengo delante de mi.
Los ángeles no te van a juzgar, no son jueces, son ayudantes terrenales y espirituales.

Al final siempre suele suceder la misma pregunta.
La misma cuestión precisamente puesto que no dejamos de ser humanos y al mismo tiempo es una gran suerte participar de serlo.

¿Los ángeles me quieren.?

La respuesta es su muy simple.

Los ángeles viven y están en tu corazón, por lo tanto siempre te manifestaran desde tu interior hacia ti mismo, ese amor.

Curiosa nuestra trayectoria humana, que difícil es buscar en nuestro corazón y que fácil es pensar con nuestra mente.

Dejemos pues, que la energía angélica, que vibra en nuestro interior desde eones de luz, salga libre, pura y amorosa para cubrirnos a cada uno de nosotros mismos desde nuestro corazón.

Solo tenemos que descubrirla, paso a paso, y entonces:
"La energía del ángel, la mayoría de las ocasiones poco visible, que esta en tu propio corazón, llega, lo toca y lo mima fuertemente y se va de puntillas sin hacer ruido.
Ese es el gran milagro interior para nosotros mismos.
Somos AMOR, estamos hechos de AMOR.

Henanael.

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