viernes, 12 de diciembre de 2014

Los ángeles y las sincronicidades.


Mi experiencia ángelica:

Hace como dos años el sufrimiento que padecía en mi trabajo me hizo plantearme que tenía que encontrar una salida, una evasión, lo estaba pasando realmente mal. Me apunté a un curso de inglés en una asociación cultural y un día, vi un cartel, curso de meditación trascendental Sahaja Yoga. No tenía ni idea de que iba eso, pero pensé que me podría ayudar a relajarme. Esa meditación provocó un despertar intenso dentro de mí. Empecé a hacerme preguntas y sobre todo me di cuenta que lo que estaba haciendo no era mi vocación, no era lo que yo podía ofrecer a los demás. Se abría paso en mí un camino espiritual que de alguna forma me ha llevado a la creadora de este blog y a mi experiencia con los ángeles.

La primera vez que hablé con Henar, la verdad era bastante escéptico con  lo que me contaba. Yo había escuchado hablar de ángeles pero nunca había tenido ninguna experiencia con ninguno, al menos que yo haya sabido ver. Me costó creerla a pesar de tener mi mente bastante abierta.

Ella me contó que mi ángel de nacimiento era Lauviah, pero que me faltaban por conocer a mis otros dos ángeles. Le pregunté si ella podría saberlo y me dijo que sí, pero que si me lo contaba me perdería mi propia experiencia. Me dijo, pide en tus meditaciones o en tus sueños sus nombres y te los darán. Volví a no creérmelo mucho.

El caso es que tras la meditación esa misma noche al irme a dormir, pedí conocer sus nombres y sorprendentemente, me desperté con el nombre de Nanael. Al día siguiente se lo conté a Henar y me dijo, bien, te falta uno.

Durante días estuve pidiendo el nombre pero no ocurría nada, incluso al tiempo le dije a Henar que mi otro ángel prefería mantenerse en el anonimato. Pasó un tiempo y dejé de pedir el nombre. Un día, algún tiempo después, volví a pedirlo antes de dormir. Ese día soñé que iba con mi hermano en una moto y de modo incongruente repetía frases con el número nueve.
Nueve son los jinetes del Apocalipsis, nueve son los caballos de Santiago, nueve equipos de fútbol..y así. El caso es que algo me decía que ese número tenía que ver con mi ángel. Busqué información sobre los ángeles de la kabbalah y el número nueve correspondía a Haziel.
Henar me confirmó que la información era correcta.
A partir de la experiencia, los he incorporado a mi vida, algo dentro de mí sabe que Lauviah, Nanael y Haziel, están a mi lado y me guían con la sutileza de las sincronías hacía mi camino.

No acabó ahí la cosa. Un día Henar me pidió un favor, me habló de un tema personal suyo y me pidió que estuviera atento a lo que me llegara. Me dijo, solo mira a ver que te viene, si es sigue adelante o un “vete de ahí”..tú permanece atento y lo que te venga me cuentas. Ella me lo pidió como favor, yo pienso que quiso mostrarme como actúan los ángeles y sus sincronías.
Un día, estaba pensando justamente en lo que ella me había pedido, me encontraba en la puerta de un edificio esperando para entrar y pasó un hombre hablando por el móvil, solo escuché una frase alta y clara, “vete de ahí”. Me pareció una sincronía increíble, sin duda hecha por un ángel.

Podría contar también que Henar un día me dijo, te vas a dedicar a la sanación, al Reiki. Días antes, en la biblioteca, un libro captó claramente mi atención,”Curar con las manos”, estaba leyéndolo cuando Henar me dijo eso. En el edificio que ocurrió el vete de ahí, yo esperaba para entrar a una charla sobre "Sanación Cuantica".

Casualidades?No lo creo. Desde que conocí a Henarcreo que hay un plan divino, perfectamente organizado y que todo de alguna forma, con nuestros ángeles, nos llevará a él.

Gracias Henar  por permitirme la experiencia y mostrarme que hay más ,de lo que nuestros ojos alcanzan a ver.
Juan.

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